
Hace más de 2000 años el mundo siguió una estrella en medio de la oscuridad siguiendo una esperanza, siguiendo una promesa: el Mesías.
Pero esta estrella no era la luz, sino que les llevó a una luz mayor todavía. Una luz que no era temporal, sino una luz que era definitiva: JESÚS.
Hoy Jesús sigue siendo la luz del mundo. Sigue siendo tu luz. Deja que Jesús nazca hoy en tu interior para que pueda iluminar tus pasos al caminar.