«Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.» Jn 8, 12

Hace más de 2000 años el mundo siguió una estrella en medio de la oscuridad siguiendo una esperanza, siguiendo una promesa: el Mesí­as.

Pero esta estrella no era la luz, sino que les llevó a una luz mayor todaví­a. Una luz que no era temporal, sino una luz que era definitiva: JESÚS.

Hoy Jesús sigue siendo la luz del mundo. Sigue siendo tu luz. Deja que Jesús nazca hoy en tu interior para que pueda iluminar tus pasos al caminar.