Éste es el fundamento de nuestra fe, que Jesús ha resucitado. Jesús no se ha quedado en la cruz, no se ha quedado en el sepulcro, sino que ha vencido a la muerte y al pecado para que tengamos Vida, una Nueva Vida.

Año tras año tenemos la invitación de reconocer lo que Jesús ha hecho por ti y por mí­. Aceptó su sacrificio para conquistar la victoria sobre la muerte y el pecado. Esto nos permite poder luchar contra nuestras debilidades, también de esas de las que queremos escapar, porque en Cristo somos más que vencedores, como dice la Palabra. Y ha conquistado la posibilidad de una vida eterna con Dios.

Hoy te tiende la mano para animarte a que vayas a Él. Animarte a seguirle, a entrar en esa Vida Nueva, que tiene para ti donde puedes aprender a vivir de una forma diferente, que te permita disfrutar de las primicias del Reino de Dios en la tierra. ¡¡Es posible!! Aún si no lo sientes. Porque la vida sin sentido es la vida sin Dios.

Te invito a buscar a Jesús, de no perderte la Vida que tiene preparada para ti.