Tenemos un Dios que nos ama, que nos ama tal y como somos, que me ama tal y como soy, que te ama tal y como eres.
Nos ha amado, nos ama y nos amará. Y este amor es la fuerza que nos ayuda a vencer las circunstancias adversas de nuestra vida. La experiencia de sentirnos amados por Él, nos hace ser vencedores de nuestros sufrimientos, nuestras angustias, nuestros miedos… nos permite ir más allá. No los elimina, pero nos hace caminar por encima de ellos con la certeza de que somos más que vencedores con Él.
¿Lo has experimentado?