En breve celebraremos el dí­a de Pentecostés, que es mucho más que la conmemoración del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Estamos llamados a reavivar en nosotros el fuego del Espí­ritu, a vivir en Espí­ritu como dice la palabra en Gálatas 5, 25: «Si vivimos por el Espí­ritu, marchemos tras el Espí­ritu».

Marchar tras el Espí­ritu es dejarse guiar por Él, no decidir con nuestro í­mpetu humano bajo el mandato de nuestras emociones, que suelen ser temporales y estar heridas. Hoy pensamos por emoción una cosa y mañana pensamos otra. Sino ser iluminados por el Espí­ritu Santo y para ello debemos conocerle, relacionarnos con Él, pedirle que nos guí­e, que nos inspire, que nos enseñe.

El Espí­ritu Santo nos concede dones, como está en la escritura en Isaías 11, 2-3: sabidurí­a, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

Preparemos este Pentecostés pidiendo cada dí­a al Espí­ritu Santo en oración uno de sus dones, siendo conscientes de lo que nos falta todaví­a para vivir en el Espí­ritu y clamar que el Espí­ritu Santo nos guí­e y nos fortalezca

¡VEN ESPÍRITU SANTO, VEN!